12.18.2009

He sido derramado como agua y todos mis huesos se descoyuntaron.
Mi corazón fue como cera derritiéndose en el fondo de mis entrañas.
Y mi lengua se pegó a mi paladar. Y me has puesto en el polvo de la muerte.
Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado? Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
Dios mío, clamo cada día y no respondes. Y de noche, y no hay reposo.
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Fragmento de El Topo, de Alejandro Jodorowsky.

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