6.16.2011

6 comentarios:

Celeste Laviani dijo...

¡Hola, Ariel!
Te visito desde el sitio de Jesús.
Esa combi amarilla, caray... es como la que mi viejo tenía, cuántos recuerdos.
¡Saludos!

alizia dijo...

Hay un departamento en esta ciudad de concreto que todos los días derrocha las risas, caricias y gatos, somos como niños de interminables coladeras, los sonidos pequeños se arrastran por sus orillas y viajan alocados, por las corrientes de la vida. Por el subsuelo las escuchan pasar. Bajo los pies de la cama, ellos no interrumpen la batalla nocturna, entre los desechos de la ciudad van las risas perdidas, solos con nuestra manada.

Las madrugadas llegan y transitan los subterráneos del mundo para explotar a la orilla de un solo sueño, un mar.

Hay un mar en este mundo. Que siempre será un sueño y siempre será inmenso.

De regreso a casa la música de las mariposas de canela sigue en el ambiente. Sólo el cigarro se ha esfumado pero no el deseo de tu mar.
alizia
Pistolera de Sangre Caliente

Ariel Silva dijo...

Sarmiento... chido por esas letras que estampas en estas paredes.
Salud por esos buenos recuerdos, por lo vivido y por lo que sigue. Porque como dirían por ahí "una manada no se crea ni de destruye, sólo se transforma".

Ariel Silva dijo...

Celeste:
el gato manchado que tienes está increíble. cómo se llama?
gracias por la visita. seguimos en contacto.

Celeste Laviani dijo...

La manchadita es Maya, es mariposa y apenas tiene un año. Ahora es enorme, pero creo crecerá más (espero que no sus berrinches). También hay una nena completamente negra, con ojos ámbar. Ella es Lula, y tiene 4 años. Llegó a la puerta de mi casa solita, una noche de luna llena. Son mis hijas, las dueñas de mis quincenas.
Tus fotos de manadas son muy chingonas, ¡cuántos gatos juntos, qué bendición!
¡Abrazo!

quherida dijo...

pa qué digo algo


mucha palabra y esos contrastes